Miracle. Un dulce legado
En 2013, la pastelería Miracle, o “Can Miracle” cerró en Mataró después de 128 años, era famosa en la ciudad por su arraigo en las fiestas tradicionales de la ciudad y por su turrón de crema quemada. 
Sus herederos han decidido recuperar la marca paso a paso, haciendo las cosas bien, conservando el patrimonio con personalidad, pero actualizándolo a nuestros tiempos.​​​​​​​
Empecé este proyecto estudiando y preservando el símbolo, un elemento de identidad esencial de la marca. El carácter aparecía en todas las papelerías durante décadas anteriores pero no podía comportarse de la forma deseada en escenarios pequeños o digitales. 
Mi propuesta estratégica redefine algunos de sus elementos y aligera sus formas para convertirlo en un símbolo flexible.
Elegí la fuente Henderson Slab de Ale Paul. No es la misma, pero encajan bien con el logotipo hecho a mano, ambas son geométricas, y recuerdan viejos tiempos industriales de la misma manera; Esta fuente tiene una familia extendida de pesos donde pueden jugar bien en display.
Evolucionando nuestro lenguaje visual, elegí una gama de colores relacionada con la repostería. Los colores crema, café, canela y naranja combinan bien por su condición de terciarios porque, con una síntesis justa, pueden formar patrones geométricos que despiertan el apetito. Por lo que sus formas no son adornos sino ingredientes que hablan del producto en sí.
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